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Aranceles comerciales entre China y EE. UU.: Qué significan para los consumidores y las empresas

Por Yoyo Shi / 2025-05-19

Los aranceles entre Estados Unidos y China han tenido un gran impacto en la economía mundial y la vida cotidiana de muchas personas. En mayo de 2025, Estados Unidos y China dieron marcha atrás con sus medidas comerciales más severas y acordaron reducir algunos de los aranceles restrictivos que perjudicaban a empresas y consumidores. 

Esta pausa redujo los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos. 145% a 30%, mientras que China eliminó sus propios aranceles 125% a 10% durante los próximos tres meses, lo que dará a ambas partes un respiro después de meses de precios elevados y tensión comercial. 

Las tensiones entre Estados Unidos y China comenzaron a aumentar a principios de 2025. Los problemas persistentes incluían acusaciones de prácticas comerciales desleales, desacuerdos sobre transferencias de tecnología y preocupaciones sobre el acceso al mercado.

Las conversaciones entre ambos países se interrumpieron a finales de marzo. Poco después, ambas partes comenzaron a anunciar nuevos aranceles con pocos días de diferencia. Las reuniones diplomáticas en Ginebra no detuvieron el ciclo inicialmente, y ambas naciones prepararon contramedidas ante el estancamiento de las negociaciones.

Tras semanas de tira y afloja, en mayo se alcanzó una tregua temporal, en la que ambos países acordaron reducir algunos aranceles durante 90 días. Esta pausa en las medidas comerciales ayudó a aliviar la incertidumbre en los mercados globales y abrió la puerta a nuevas conversaciones.

Un gran barco con casco azul y fondo rojo, equipado con aparatos de perforación, bajo un cielo despejado.

La guerra arancelaria tuvo fuertes efectos en varias industrias. Los fabricantes de automóviles experimentaron un aumento de costos, lo que provocó un aumento de los precios de los automóviles en ambos países. Los agricultores estadounidenses se enfrentaron a nuevas barreras para vender cultivos como la soja y el maíz en China. Esto redujo las ganancias agrícolas y generó preocupación en las comunidades rurales.

Los productos electrónicos de consumo se vieron afectados por los aranceles estadounidenses, lo que afectó a las empresas que dependen de piezas o ensamblajes chinos. Las empresas tecnológicas estadounidenses y chinas reportaron costos más altos, mientras que algunas comenzaron a buscar proveedores en otros países.

El sector naviero también experimentó grandes cambios, ya que las empresas tuvieron que gestionar procesos aduaneros más largos y nuevos trámites. 

Los aranceles obligaron a muchas empresas a cambiar sus proveedores y a quiénes les venden, modificando las rutas de suministro. El comercio directo entre Estados Unidos y China experimentó una fuerte caída, ya que el aumento de los impuestos a las importaciones encareció los productos de ambos países. Algunas empresas trasladaron su producción a países como Vietnam y México para evitar estos costos adicionales.

Este cambio provocó un aumento en los costos de transporte e instalación, lo que dificultó a las empresas más pequeñas mantenerse al día. Las exportaciones indirectas, en las que los productos chinos llegan a Estados Unidos a través de terceros países, se generalizaron. Sin embargo, solo mitigaron parte del daño, ya que la mayoría de las empresas seguían enfrentándose a mayores gastos. Esta disrupción provocó escasez de productos y plazos de entrega más largos, lo que afectó a los mercados y consumidores globales.

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